El CAPM, las finanzas corporativas y los premios Nobel

 José María Revello de Toro es director del Master en Corporate Finance y Banca de Inversión del IEBCAPM es el acrónimo de Capital Asset Pricing Model , que podemos traducir como un modelo de asignación de precios a activos financieros. Este modelo, con mucho desarrollo matemático tras unos supuestos financieros, trata de responder a la pregunta de cuál es mi cartera óptima de títulos para una rentabilidad dada y con un mínimo riesgo. Simplificando la matemática, sirve como una buena herramienta conceptual de aproximación al coste de los recursos propios (Equity) que utilizamos en las finanzas corporativas.Pues bien, gracias a él, hay seis premios Nobel en dos tandas. La primera se remonta a 1.990 e incluye a Harry Markowitz (que forma parte del Consejo Asesor de la Revista Aestimatio), William Sharpe y Merton Miller. Aunque los primeros Nobel se concedieron en 1.990, el primer trabajo sobre el CAPM se remonta a 1.952, cuando Markowitz publica un artículo en el Journal of Finance titulado Portfolio Selection, donde analiza cómo un inversor selecciona una cartera de títulos según sus expectativas planteando las ventajas de diversificar inversiones para reducir el riesgo. Sharpe profundiza y enriquece el modelo de porfolio de Markowitz. Por otra parte, Merton Miller publicó en 1.958 en colaboración con Franco Modiglani el famoso artículo The Cost of Capital, Corporate Finance and the Theory of Investment.La segunda tanda de los preciados premios ha sido en 2013 y nuevamente hay un triunvirato de ganadores: Eugene Fama, Robert Shiller y Lars Peter Hansen.  Éste último es conocido por el desarrollo de la técnica econométrica del método de los momentos generalizado (cuyas siglas en inglés son GMM), mientras que los prestigiosos Fama y Shiller hacen desarrollos desde ángulos opuestos dentro del mundo del CAPM. Así Fama es el padre de la ‘hipótesis de eficiencia de los mercados’ que puede resumirse, desde una posición racional, diciendo que  en mercados eficientes el precio recoge toda la información disponible, mientras que Shiller es famoso por el libro que publicó en el 2.000 titulado ‘Exuberancia irracional’, título bastante descriptivo sobre la burbuja tecnológica de los mercados en la época de eclosión de las empresas ‘punto com’. En 2005 vuelve a actuar de profeta al advertir de la peligrosa burbuja inmobiliaria que se estaba formando.Para las finanzas corporativas es un honor tener tanta materia gris, y con el mejor reconocimiento internacional, que desarrolle ampliamente algo que en valoración de empresas simplificamos mucho cuando tratamos de hallar el coste de los fondos propios, que consiste en descomponer la rentabilidad que exige por riesgo el accionista en un suelo de rentabilidad (digamos obligaciones del Estado a diez años) y en una prima por riesgo: a mayor riesgo, mayor prima. Dejamos para los premios Nobel todo el desarrollo de betas, market risk premium… con todas sus matemáticas asociadas.