Por Miguel Ángel Bernal, profesor y coordinador del Departamento de investigación del IEB.
Esta semana hemos conocido un nuevo dato del comportamiento de familias y empresas sobre el destino del ahorro. La pronunciada y pertinaz caída de tipos de interés está propiciando una variación de las pautas de comportamiento. Veamos, si hasta hace poco uno de los activos preferidos por los ciudadanos eran los depósitos bancarios, la fuerte caída de tipos de interés está llevando a una migración en el destino preferido de las inversiones.
En estos momentos y salvo muy contadas excepciones la remuneración para los depósitos, en términos medios, no llega al 0,10 por ciento anual; intereses que se reducen en aproximadamente una quinta parte, 0,08. Una remuneración nominal ya de por sí muy baja, pero que mengua aún más y desincentiva su adquisición dado que si tenemos en cuenta la rentabilidad real, la misma es negativa. No hay más que quitar ese 0,08, aludido anteriormente, a la inflación para darnos cuenta que el dinero en depósitos bancarios pierde poder adquisitivo.
Fruto de la comparativa anterior, desde el 31 de diciembre de 2016 empresas y familias han rebajado su inversión, en el otro popular depósito bancario, en casi 100.000 millones. Es una tendencia que lleva ya varias años, sin embargo el descenso en el periodo referido, los últimos dieciocho meses es el más acusado. Lo es más en el sector de empresas, dado que para ellas en algunos casos los tipos de interés que se les ofrecen son negativos.
El principal activo al que recurren las familias es a la libreta de ahorro, aunque sorprenda
Con este movimiento dos son los activos a los que principalmente están acudiendo las familias, aunque el primero por preferencia puede sorprender: el activo donde mayor crecimiento se detecta, en primer lugar libretas de ahorro. Sí, sé que sorprende y puede parecer una contradicción, pero así es. Mucho más sorprende si tenemos en cuenta que este movimiento está propiciado por el desplome de las remuneraciones. Para confirmar lo comentado aquí van los datos agregados de contabilidad, donde el saldo en libretas de ahorro está creciendo en un 27,68 por ciento, hasta situarse en algo mas de 550.000 millones.
No puede decirse por tanto, como en algunos sitios estoy leyendo, que la familia española esté incrementando la diversificación de sus inversiones. De aumento de horizonte temporal o incremento en el riesgo de las mismas, que es lo que conlleva la inversión: nada de nada.
Lo que aparentemente es un movimiento incongruente, no lo es tanto si tenemos en cuenta que las grandes corporaciones bancarias están ofreciendo por los depósitos tipos que rondan el cero o que están muy aún por debajo de ese 0,10 nominal, referido anteriormente.
El segundo activo que más incrementa su patrimonio son los fondos de inversión. En el mismo periodo de tiempo que se ha contemplado anteriormente, el patrimonio de los fondos de inversión ha aumentado en 31.554 millones, lo que supone un 14 por ciento, hasta situar el saldo en 251.420 millones. Contemplemos también, como inversión colectiva, los planes de pensiones individuales, que aumentan en 3.805 millones, donde el porcentaje de crecimiento es más modesto al registrar una alza porcentual del 5,5 por ciento, dejando el monto total en 71.804 millones.
Esta disparidad entre el incremento de los fondos de inversión y el de pensiones, 14 por ciento frente a 5,5, en mi criterio es normal. El argumento de la venta de los fondos de pensiones es en muchos casos, incluso mayoritariamente, una falacia basada en las ventajas fiscales. Sino están de acuerdo con lo del engaño de la ventaja fiscal, cabe decir que la supuesta ventaja es tan solo un aplazamiento fiscal, pues se paga por tanda la cantidad cobrada independientemente de sí es aportación o rendimiento. La tesitura es la siguiente, para que veamos la trampa fiscal, si yo he aportado a un plan de pensiones una cantidad determinada pero por movimientos de mercado he tenido, no ganancias sino pérdidas y empiezo a cobrar, ¿debo pagar a Hacienda? La respuesta es sí, pues se tributa sobre lo cobrado, aún cuando se hayan tenido pérdidas, además como rentas del trabajo. Todavía recuerdo la cara de un supuesto asesor profesional, banquero privado figuraba en su tarjeta, con una muy alta cualificación, pues era certificado y master en gestión de patrimonios de una prestigiosísima escuela de negocias; cuando después de negarme a aportar a un plan de pensiones individual le puse ante la tesitura anterior.
Pero dejemos el mundo de los banqueros privados, así podrán seguir mejorando su hándicap en el golf, aún cuando muchos de ellos, no todos, no sepan lo que es un producto financiero, ni sus riesgos, ni sus indicaciones, ni su fiscalidad, ni siquiera hacer planificación financiera. Centrándonos en los fondos de inversión, de los cuales soy bastante más partidario, espero que todos los nuevos partícipes, especialmente aquellos que abandonan el depósito, tengan en cuenta un llamamiento que hizo el Banco de España en su informe sobre estabilidad financiera, allá por principios de mayo. En aquel informe el Banco de España comentaba y lo expongo literalmente: “una caída de las cotizaciones bursátiles, un aumento generalizado de los tipos de interés en todos los plazos, o incluso, una apreciación del euro pueden provocar pérdidas de valor a los partícipes de los fondos de inversión”. Creo que no hay nada más que añadir, bueno sí. ¿Todo lo que comentaba el Banco de España les habrá sido puesto de manifiesto y convenientemente explicado a los nuevos partícipes?
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