El mercado de la renta fija soberana camina sobre la cuerda floja, intentando mantener el equilibrio ante los vientos que podrían hacerle caer, los cuales se reducen principalmente a una expectativa mayor de incremento de la inflación. La inflación no es solo el objeto de uno de los mandatos primigenios del Banco Central Europeo (BCE) y de la Reserva Federal (Fed), sino que también es una de las principales preocupaciones del mercado y el principal motivo que podría desencadenar caídas en los precios de los bonos soberanos, dejando atrás el contexto alcista en la renta fija alimentado por las políticas no ortodoxas de las instituciones monetarias para paliar las consecuencias de la crisis.
Las consecuencias de un mercado bajista en la deuda se trasladarían, además, a la bolsa, «deteniendo o moderando las subidas porque muchos fondos traspasarán dinero ante el mayor interés del T-Note o el Bund», dice Alberto Librero, profesor del Master en Bolsa y Mercados Financieros del IEB.
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