La deuda exterior: el talón de Aquiles de España

Por Aurelio García del Barrio, director del MBA con especialización en finanzas del IEB.

La deuda externa es la cantidad de dinero que un país debe al exterior, es decir, a bancos, empresas e instituciones de fuera de sus fronteras.  Dentro de la deuda externa dividimos dos tipos de deuda, la deuda pública (o soberana) que es la que tiene que pagar el estado, y la deuda privada, que es la que tiene que pagar las empresas y economías domésticas.

La deuda externa ha originado a lo largo de la historia muchos problemas en las diferentes economías del mundo. Cuando un país debe mucho dinero al exterior, el gasto en intereses se dispara y puede provocar la asfixia de la economía. El sobreendeudamiento origina por un lado que el país no pueda volver a pedir al exterior (ya que su nivel de endeudamiento es muy alto y nadie se atreve a prestarle más) y por otro lado, debido a que es muy posible que parte de esa deuda no se pueda pagar en el futuro, que el interés a pagar por la deuda contraída se dispare aumentado más si cabe el gasto en intereses que tiene que desembolsar el país.

El origen está en 1973, cuando el precio del petróleo se multiplica por tres. Los países productores ganan ingentes cantidades de dinero. Bancos privados acuden a estos países con tipos de interés extremadamente bajos. El 60% de los créditos van a países empobrecidos.

A finales de 1979 se suceden cuatro hechos perjudiciales para estos países:

  1. Suben los tipos de interés (se multiplican por cuatro desde finales del año 1970 hasta principios del año 80), lo cual precipita la crisis de la deuda del año 1982, se populariza (por inevitable) la adquisición de nuevos préstamos para hacer frente al pago de deudas impagables, provocando a partir de ahí la catástrofe económica de esa década y la multiplicación de la deuda.
  2. Se aprecia fuertemente el dólar.
  3. Cae el comercio mundial y se desprecian las exportaciones del Sur que no sean petróleo.
  4. Se inician además, los planes de ajuste estructural.

Se llega entonces a una situación, en la cual los países del Tercer Mundo inviertan más dinero en devolver los intereses de esa deuda que en su propio desarrollo.

¿Y cuál es la situación de España respecto a la deuda exterior?

A día de hoy, el mayor problema de la economía española no es su elevadísimo endeudamiento público, sino que lo constituye su astronómico endeudamiento exterior.

La deuda externa de la economía española ha tocado máximos históricos en términos absolutos. Entre pasivos públicos y privados, el montante total bruto con el exterior ha alcanzado los 1,9 billones de euros, una cifra nunca registrada en la historia de España.

En porcentaje del Producto Interior Bruto, esta deuda en manos extranjeras ha escalado hasta el 170% del PIB. Incluso con el PIB creciendo, sube algo la deuda en términos relativos.

El endeudamiento neto exterior sigue siendo muy elevado. Su reducción exige el mantenimiento persistente de superávits exteriores, lo que se vería dificultado en un contexto de contracción de los flujos comerciales internacionales o de eventuales subidas de los tipos de interés.

 

Tribuna publicada en EFE