A la hora de firmar una hipoteca es aconsejable revisar la letra pequeña y ser capaz de comprender términos como el TIN o la TAE. ¿Sabes en qué consisten? Alberto Librero, profesor del Master en Bolsa y Mercados Financieros, explica en qué consisten estos términos en esta entrevista del programa ‘Capital’, en Radio Intereconomía.
¿Qué es la TAE?
La TAE es un tipo de interés, una unidad de medida, y realmente es el indicador que nos permite comparar entre distintas ofertas de financiación en las que podamos estar interesados. Pero quizá para llegar al concepto de lo que es la TAE deberíamos contar primero lo que es el TIN.
Empecemos por ahí ¿Qué es el TIN?, ¿en qué se diferencia de la TAE?
El TIN es en resumidas cuentas el precio del dinero. Como decía, tanto TIN, como TAE, son tipos de interés. Y los tipos de interés son el precio del dinero, es decir, cuánto nos va a costar que nos presten el dinero en caso de que pidamos un préstamo. o lo que vamos a percibir si lo prestamos nosotros al contratar un depósito. Por lo tanto, es el porcentaje que tiene que pagar el prestatario sobre la cantidad prestada y que recibirá, por tanto, el prestamista.
Dicho esto, siempre que vamos a pedir un préstamo nos vamos a encontrar con los dos acrónimos que has mencionado: la TIN y la TAE. El Banco de España, por partir del origen, define el TIN como el Tipo de Interés Nominal o Tasa de Interés Nominal. Es el precio que el banco nos cobra por prestar el dinero o nos paga por depositarlo. Es el tipo que los bancos nos comunican al final en los contratos, es el tanto por ciento que recibe el banco por ceder el dinero en los casos de préstamo.
Pero el TIN no recoge todos los aspectos del préstamo. En el caso de un préstamo a tipo fijo, el tipo de interés nominal está claro: si el tipo de interés fijo que vas a pagar es -por ejemplo- el 3%, sabes que de cada 100 euros prestados vamos a pagar tres en concepto de tipos de interés. El problema nace cuando los pagos no los hacemos anuales, sino mensuales, que es lo típico de una hipoteca. Ahí tenemos el efecto de la reinversión de los intereses, lo que hace que el TIN no coincida con la tasa anual efectiva y presenten esas variaciones.
En el caso del tipo fijo decíamos que está claro lo que es el TIN, En el caso de un préstamo a tipo variable, que es lo habitual, el TIN va a ser el resultado de sumar al euríbor de referencia que nos dan, el diferencial que aplica el banco, pero en realidad es lo que vamos a pagar por ese dinero.
Imaginemos que se nos ofrece un préstamo hipotecario al euríbor más 75 puntos básicos, y el euríbor en ese momento está al 0,10%. Estaríamos hablando de un TIN del 0,85%. También hay que tener en cuenta que el TIN siempre va asociado a un periodo, no es lo mismo que nos ofrecan el 0,85% TIN mensual, que nos ofrecan el 10% TIN anual.
¿Y cómo sabríamos cuál nos interesa más y cuál es más alto o más bajo?
Ahí es donde entra en juego la TAE. Al final el TIN no nos va a servir para mucho, ya que solo con la Tasa de Interés Nominal no puedo saber lo que realmente me va a costar un préstamo, porque no tengo en cuenta ni las comisiones, ni otros préstamos que tengo que pagar a la hora de formalizar la hipoteca. Se refiere siempre a un periodo de tiempo concreto que hay que especificar, por ejemplo un 6% de Tasa de Interés Nominal equivale a un 0,5% de TIN nominal mensual. Si no se especifica el periodo, es comisión anual.
No tiene en cuenta tampoco la periodicidad de los pagos. Con el mismo TIN el tipo de interés es diferente si los pagos son mensuales o anuales. En definitiva, lo que utilizamos para comparar es la TAE, que es el acrónimo de Tasa Anual Equivalente. La TAE en su cálculo incluye además del TIN los gastos, las comisiones asociadas a los productos, las vinculaciones que te piden a la hora de formalizar una hipoteca… Todo eso lo metemos en la coctelera y la tasa que nos arroja es el coste efectivo de los préstamos. Eso sí nos permite comparar.
A la hora de firmar un préstamo o una hipoteca lo que tenemos que mirar es la TAE
Efectivamente. Si tuviera que explicarlo de una forma intuitiva, es como cuando vas al supermercado a comprar dos productos de la misma especie y tienen diferentes precios. La etiqueta te va a mostrar el precio del artículo, eso podríamos asimilarlo al TIN. Pero más abajo vas a ver a cuánto sale el kilo de producto, eso podríamos asimilarlo a la TAE. Al final vamos a ver qué kilo nos sale más barato o más caro.
Entonces la TAE es en lo que tenemos que fijarnos
Sin lugar a dudas. De todas formas, si no estás metido en esto a lo mejor es un poquito complicada, no porque sea la fórmula sea compleja, sino porque si no estás acostumbrado puede ser un poco difícil. El Banco de España y todos los bancos ofrecen simuladores o calculadoras para calcular la TAE.
Y por terminar de hablar de la TAE, aún siendo un buen instrumento para comparar las distintas ofertas y que recoge prácticamente todos los aspectos de una operación de financiación, hay que tener en cuenta si vamos a tener algún otro tipo de gasto que no es tan explícito y deberíamos tener en cuenta a la hora de tomar una decisión. A lo mejor vinculaciones que parecen gratuitas y luego no lo son o gastos accesorios, etc.
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