Las aseguradoras europeas atraviesan uno de los momentos más interesantes y complicados de su historia en materia regulatoria. Tras adaptarse a Solvencia II, que afectó a los requisitos de capital y la gestión del riesgo, sus desafíos en el horizonte son ahora de carácter contable, ante la implementación de la Normativa Internacional de Información Financiera 17 (IFRS 17 / NIIF 17).
La nueva normativa, que entrará en vigor a partir de enero 2022, es una de las reformas regulatorias más ambiciosas que ha afrontado la industria del seguro, y afectará a todas las entidades que operen bajo el IFRS (el estándar de contabilidad internacional). De hecho, la firma Willis Tower Watson advirtió en 2017 que “dará paso a una ola de cambios sin precedentes en las prácticas actuales de contabilidad de seguros, cambiando fundamentalmente cómo y qué compañías de seguros tienen que elaborar informes”.
IFRS 17 tiene como objetivo aumentar la transparencia y mejorar el reporting, dando a los inversores una idea clara del retorno que pueden esperar de forma realista, y los riesgos asociados a estos retornos. Según PWC, esta normativa representa una oportunidad para las aseguradoras, que podrán “aprovechar los datos de manera más eficaz, mejorar la estructura de su función financiera e informar mejor de la toma de decisiones”.
Por otra parte, la normativa va a implicar una gran inversión en tecnología, para renovar sistemas informáticos y mejorar el tratamiento de datos. Para KPMG, esto también es positivo, ya que “la renovación tecnológica presente es una enorme oportunidad para adoptar las tecnologías hoy disponibles que permiten hacer una oferta de seguros mucho más personalizada y de gran valor añadido”.
Sin embargo, la implementación de IFRS 17 también va a representar un enorme desafío, precisamente porque afecta a numerosas áreas y funciones dentro de las entidades. La implementación de esta normativa ya se aplazó de enero de 2021 a enero de 2022, y algunas aseguradoras internacionales ya han solicitado una nueva prórroga de 12 meses.
Desde Willis Tower Watson destacan que “prepararse adecuadamente para la complejidad de la nueva IFRS 17 será todo un reto (…) la nueva norma tendrá impacto en los beneficios, el capital y la volatilidad, así como en los procesos de cálculo de provisiones técnicas y presentación de informes financieros, modelos actuariales, sistemas de IT y en la potencial remuneración de los ejecutivos, por lo que las compañías de seguros no deberían subestimar el trabajo que va a requerir. La complejidad adicional también afectará a la comunicación con los inversores”.
Desde la firma destacan tres grandes desafíos para el sector asegurador:
- Interpretación y juicio: la IFRS 17 responsabiliza al asegurador de garantizar que las políticas y divulgaciones cumplan con los estándares establecidos, en lugar de apoyarse en normas prescriptivas y detalladas.
- Tratamiento de la volatilidad en los beneficios: El modelo híbrido propuesto aumentará la volatilidad en comparación con los modelos existentes.
- Gestión de las expectativas de las partes interesadas: Explicar el impacto de IFRS 17 en los beneficios y en el patrimonio, y las variaciones con los GAAP actuales y la presentación de informes bajo regímenes regulatorios aplicables requerirán de sólidos procesos, una comprensión clara de las diferencias individuales y una estrategia de comunicación transparente. Esto puede afectar a la capacidad de pago de dividendos, los bonos de gestión y la métrica de rendimiento en todo el mercado.
La entrada en vigor de esta normativa va a exigir profesionales especializados y está generando oportunidades profesionales en firmas como PWC. Si quieres conocer en profundidad la normativa IFRS 17, en el IEB disponemos de un curso monográfico, impartido por Sébastien Aresteanu, el responsable de implementar esta normativa en todas las filiales del grupo AXA.
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