Covid-19, la primera gran crisis de Bitcoin

Por Salvador Casquero Algarra, Codirector del Programa Directivo de Innovación Digital y Fintech y presidente de 2gether.

Lo arriesgado de poner el 1 como ordinal de la crisis es que puedes encontrar muchos argumentos y situaciones que demuestran que podría ser la segunda o incluso la tercera. Sin embargo, utilizar el ordinal para la solución sí que es absolutamente correcto e inamovible. Será la primera vez en la historia que una crisis mundial se solucione con una respuesta conjunta, una respuesta unida, con la entrega y el esfuerzo de todos: all 2gether.

Desde luego si no es así, también estoy convencido que será la última porque no es sólo la crisis sanitaria tan terrible en la que nos encontramos, sino el panorama tan negro que se advierte y del que todos nos previenen. Sólo tiene solución aportando cada uno de nosotros un granito de arena, nuestro valor particular a esta red común que es la Tierra.

Desde su nacimiento en 2008, el bitcoin y en general el mundo de las criptodivisas se han ido consolidando como un nuevo activo de inversión, quizá incluso como activo refugio dada su descorrelación con los tradicionales. ¿Hizo saltar por los aires este título la caída de más del 50% en un día, en lo que se conoce ya como el Jueves Negro de la crypto?

No, por una sencilla razón porque no es una crisis económica sino una crisis sanitaria que afecta a todo el mundo, a ricos y pobres, a poderosos y a débiles. Y sí, es la primera, la 1ª Gran Crisis, con mayúsculas, por la sencilla razón que está muriendo gente sin control y muy rápido y lo que menos importa ahora es el valor del bitcoin.

Pero sí importa, sin embargo, la tendencia que ha traído: la colaboración, la democratización, la atomización de los esfuerzos y la descentralización de sus soluciones. La posibilidad de construir la plataforma financiera de ese futuro que visualizamos, donde lo construimos todos juntos, no con clientes sino con fundadores implicados de nuevos proyectos, nuevas economías.

Ahora es cuando más se necesita una verdadera política fiscal, política social, política monetaria. Y empezando y acabando en esta última por los muchos años que he estado en banca, creo que para el corto plazo, para evitar que colapse la economía el ECB debería haber puesto el dinero en nuestros bolsillos, las manos de la gente y las empresas, situando los tipos al “menos mucho %” y dejando que entren libre y alegremente (sin suelos) en las fórmulas de préstamos e hipotecas; y sí, siendo pagados por pedir prestado.

Al fin y al cabo, siendo la confianza una cuestión del dinero fiduciario y de la economía que sostiene ¿no viviríamos más confiados sabiendo que a final de mes tendría dinero, no por mi sueldo puesto que lo he perdido, pero sí por lo que me “deben” puesto que me lo han prestado? Sí desde luego, un contrasentido, pero teniendo en cuenta que los bancos centrales pueden imprimir tanto dinero como quieran y dárselo a los bancos, ¿qué problema habría? Así sí serían verdaderos transmisores de la política monetaria y sí arreglaríamos el problema más inmediato y acuciantes de todos: no tenemos dinero.

Por supuesto, para el corto plazo porque en el medio y largo plazo, el sistema financiero actual colapsaría porque la economía actualmente se construye desde arriba y tendríamos unos estados mortalmente endeudados y unos bancos mortalmente quebrados. Además, esa economía se volvería a construir para “un todo” que no “para todos”, un conjunto que en la práctica desde luego no es la suma de las partes, de sus individuos.

Y aquí es donde viene la 1ª Gran Solución, también con mayúsculas, porque gracias a este nuevo mundo criptodivisado, a este nuevo dinero, o token, o representación digital seremos capaces de reconstruir la economía desde abajo, para cada individuo, mucho más local y personalizada, mucho más atenta a las necesidades de cada uno servidas por proveedores de cada uno, donde la colaboración se incentiva poniendo en valor lo que cada uno aporta con lo que cada uno recibe.

Una solución que sí es de medio y largo plazo, donde la Economía con mayúsculas se convertirá verdaderamente en la suma de sus partes, pequeños islotes económicos, rodeados de independencia, descentralización, personalización y localización. O por hablar con mayor corrección geográfica, no serán islas “aisladas” sino penínsulas unidas por un istmo a 2getherLand, la Tierra de Todos y para todos con un ecosistema de nuevas economías para que entre todos, all 2gether, hagamos realidad el deseo común y global: derrotar al Covid-19.

 

 

Artículo publicado en el informe Reflexiones jurídicas y financieras pos-Covid-19.

 

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