Aurelio García del Barrio. Director del Global MBA con Especialización en Finanzas del IEB España es, después de Grecia, el país con mayor índice de desempleo de toda Europa, llegando a alcanzar en su pico más alto un 27,2% de la población activa. Para hacernos una idea de la dimensión del problema, estamos hablando de unas cifras de desempleo similares a las de la crisis financiera que provocó el crack de la Bolsa en 1929 en los Estados Unidos.La tendencia de los últimos meses es buena, pero todavía queda mucho camino por andar para alcanzar unos niveles aceptables en materia de empleo. Si analizamos los datos de agosto que conocimos ayer, la primera lectura es que el paro subió y rompe así una sucesión de seis meses consecutivos de descensos que se había iniciado en febrero. Sobre todo, lo hizo en el sector servicios, donde se incrementó en 22.876 personas, lo normal en este mes, coincidiendo justo con el final de la campaña de verano.Es cierto que el paro registrado en agosto se incrementó más del doble si lo comparamos con el mismo mes de 2014. Pero hay algunos datos que arrojan luz y nos permiten seguir siendo moderadamente optimistas. Con las cifras desestacionalizadas, por el llamado ‘efecto calendario’, el paro cayó en el último mes en 2.700 personas y, a día de hoy, hay 359.975 personas menos inscritas en las oficinas del SEPE que hace un año, una caída muy significativa y que pone de manifiesto que algunas reformas que se han llevado a cabo en España están permitiendo a nuestra economía crear empleo sin necesidad de unas tasas de crecimiento muy elevadas.Todavía nos enfrentamos a un escenario donde el Gobierno y los Agentes Sociales siguen manteniendo lecturas diferentes y un enfrentamiento perpetuo. El primero, defiende la reducción del número de desempleados en el último año, mientras que los segundos insisten en que el empleo que se crea es de baja calidad y escaso valor. Teniendo en cuenta los altísimos niveles de desempleo en los que todavía se mueve la economía española, es complicado que el empleo que se está generando ahora sea de calidad. Pero lo importante es la tendencia, que se mantiene positiva y, salvo que grandes turbulencias en el contexto internacional hagan virar el rumbo, la economía española empieza a despegar y un mayor crecimiento llevará necesariamente aparejado un descenso en la tasa de paro a lo largo de los próximos meses.
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