Por Alberto Fernández, profesor del Programa de Blockchain e Innovación digital del IEB.
La fusión es la victoria del algoritmo de consenso “prueba de participación” sobre el algoritmo “prueba de trabajo”. En diciembre de 2013 ya se lanzó la primera red que era 100% prueba de participación llamada Nxt, movido porque el más antiguo “prueba de trabajo” tiene una gran desventaja debido al alto consumo energético necesario para mantener la seguridad. El consumo energético en una situación geopolítica de cortes de suministro y contención del gasto eléctrico en Europa ayuda a que la fusión de Ethereum tenga más sentido que nunca.
A pesar de que la prueba de trabajo ha demostrado ser el tipo del algoritmo de consenso más seguro, siempre y cuando la salud de la red sea buena, la prueba de participación puede llevar el potencial de la red de Ethereum a la máxima expresión. Primero porque ya no se necesitará de hardware muy caro para mantener la seguridad de la red, y permitirá a más actores participar en ésta, aumentado la descentralización. Y segundo porque es un primer paso para permitir más innovaciones y mejoras, como por ejemplo las cadenas de fragmentos que elevarán la capacidad y la escalabilidad de Ethereum.
Será un momento histórico que será objeto de estudio dentro del campo de la computación. Si todo va bien, va a tener un efecto multiplicador en la adopción de la tecnología y muy probable afecte a la apreciación del valor intrínseco de la red de Ethereum. Por el contrario, si se descubre algún fallo, será un varapalo para todas las redes que están apostando por la prueba de participación. Personalmente opino que irá bien y los contratiempos que seguro aparecen, serán solventados de la mejor manera posible.
Tribuna publicada en TyN Magazine.
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