Por Juan Abellán, director del Máster en Mercados Financieros y Gestión de Activos del IEB.
Han sido poco serios, tanto UBS y, sobre todo, el Banco Nacional Suizo. No se debía haber permitido que los tenedores de bonos contingentes convertibles emitidos por Credit Suisse perdieran toda su inversión, 17.000 millones de dólares, independientemente de que existiera o no cláusulas en las que se permitiera invertir la prelación.
La autoridad bancaria suiza no ha debido permitirlo. Hoy se está mirando con lupa la letra pequeña de todas las emisiones en vigor. Está claro y es de esperar, que esta tormenta produzca un estrechamiento en el mercado de cocos, sobre todo en entidades de países pequeños como Suiza, Andorra, Mónaco y podría beneficiar a entidades de EE.UU., Canadá, Reino Unido y la Unión Europea, donde los bancos centrales se han manifestado de forma rotunda sobre el derecho preferente en el cobro de los cocos sobre los accionistas. Además, esta decisión implicará un encarecimiento para el emisor en próximas emisiones.
Características de la deuda AT1
La deuda híbrida de bonos contingentes convertibles, cocos, deuda AT1, tiene unas características muy especiales, junto con el capital y las reservas. Son necesarios para cubrir las exigencias de los bancos centrales en capital y en el marco de los acuerdos de Basilea III. Son bonos sin vencimiento, deuda híbrida, pero con opción call o ventanas de liquidez utilizadas para la amortización del bono por el emisor.
El banco que emite esta deuda, antes de que se produzca la ventana de liquidez, emite una nueva emisión de sustitución y anuncia que la anterior será amortizada en la ventana de liquidez. Muy pocas veces, contadas, el banco emisor no amortiza. Está realmente mal visto en el mercado y puede crear un riesgo en su reputación.
Incluso si el banco ha de amortizar con una TIR del 3% y emitir al 4,5% ejerce la calle o ventana de liquidez, es lo que espera el mercado. Apenas un 0,5% de las emisiones no son amortizadas, pero se amortizan en siguientes ventanas. Es decir, son sin vencimiento, pero en la práctica tienen ventanas de liquidez que el emisor realiza, según sea la emisión y que hacen más atractivo el producto para inversores.
El caso de Deutsche Bank
Estos instrumentos llamados híbridos entre deuda y capital, sin vencimiento, sirven para preservar los depósitos de los clientes. Pero no hay estructura de balance, por sólida que sea, que aguante el pánico de mercado. Lo hemos visto en infinidad de ocasiones. No hay nada que mueva más rápido el dinero que el miedo. Ahora acabamos de verlo con Deutsche Bank. Llegó a desplomase un 14% en su cotización y sufrido enormes retiradas de fondos por sus depositantes. Todo, a pesar de su estructura, del saneamiento realizado y de los magníficos beneficios de 2022.
Pero también es cierto que el banco alemán no ha hecho sus deberes en banca minorista, que no aporta beneficio, y puede tener una posición en crédito vivienda en EE.UU. no excesivamente prudente, por lo que no sería de extrañar, si esta semana no se tranquilizan las aguas o tenemos nuevos sustos, que acabara en manos de su eterno rival Commerzbank, de Santander o BBVA.
La situación de la banca española
No sólo es necesaria una buena estructura de balance que cubra los riesgos. Es necesario que la banca sea rentable en su negocio principal: tomar dinero y prestarlo bien. Es decir que, además de sólidos ratios de capital y liquidez, hagan bien su labor principal y tengan una ratio de eficiencia (lo que les cuesta ganar un euro, cuanto más bajo más eficiente es el banco) por debajo del 50% con tendencia al 40%, es decir, que ganen dinero, que reinviertan en tecnología y aceleren la digitalización.
La banca española es segura y eficiente, altamente digitalizada y saneada. No tiene un peso relevante en banca de inversión y se realiza sobre operaciones propias y no de terceros, por lo que no podemos relacionar la situación de los bancos medianos norteamericanos, faltos de saber hacer banca y faltos de supervisión, con la banca española. Está a años luz.
Tribuna publicada en Funds People.
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