La OTAN prepara el mayor ejercicio aéreo de su historia, en el que 250 aviones entrenarán la respuesta a un ataque simulado contra un miembro de la alianza. Estas maniobras son un ejercicio de fuerza con el que disuadir a Moscú de una escalada de la violencia. Especialmente, después de que a comienzos de mayo el ex presidente ruso Dmitry Medvedev afirmara que Polonia, país miembro de la OTAN, «no debería existir». Unas declaraciones que recuerdan peligrosamente a las realizadas por el actual presidente de Rusia, Vladimir Putin, sobre Ucrania.
“La OTAN debe enseñar los dientes a Rusia con su ejercicio por un hipotético conflicto”, señala Diego Pitarch, profesor del Máster de Relaciones Internacionales. No obstante, el profesor duda de que estas maniobras vayan a evitar una escalada de las tensiones a corto plazo “Solo falta alguien con un bote de gasolina para poner el fuego a tope”, concluye.
Entrevista en Negocios TV.
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