La trágica DANA de Valencia ha conmocionado a la sociedad española, forzándonos a reflexionar sobre los errores que nos han llevado hasta esta situación y cómo aprender de ellos. Esta crisis también ha colocado preguntas importantes encima de la mesa, como si el sector asegurador está preparado para afrontar este tipo de catástrofes de forma ética, contribuyendo a prestar un servicio a la ciudadanía y a crear una sociedad más justa.
Para responder a esta pregunta, el pasado lunes 11 celebramos la jornada Seguro y responsabilidad ética: respuestas humanas ante la DANA en Valencia, impartida por Javier García-Bernal, presidente de APROMES, abogado en ejercicio del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid y asesor jurídico del Colegio de Agentes y Corredores de Seguros de Madrid.
“¿Por qué es tan importante la ética? La ética constituye una garantía de seguridad y debe estar basada en la cultura corporativa. Las empresas del Siglo XXI deben asumir su responsabilidad corporativa”, señaló García-Bernal. “Hay mucha gente que afirma tener ética y no la tiene; hay empresas que dicen implantar un sistema de ética, pero es mentira, un lavado de imágen. La ética no puede ser una apariencia para alcanzar objetivos empresariales, sino una realidad que implique respeto y solidaridad”.
La ética no puede ser una apariencia para alcanzar objetivos empresariales, sino una realidad que implique respeto y solidaridad.
El presidente de APROMES destacó la creciente importancia de la ética y el humanismo en la era de la inteligencia artificial. En este sentido, recordó que “la IA no debe ser una tecnología que reemplace a las personas, sino una herramienta que contribuya a su desarrollo profesional y social. No me gusta hablar de inteligencia artificial, prefiero hablar de humanismo digital”.
La búsqueda de talento es, precisamente, uno de los desafíos que afronta el sector de cara a los próximos años, ante la necesidad de relevo generacional. En concreto, las empresas buscan a jóvenes con conocimientos tecnológicos y formación especializada, pero que posean también soft skills y una visión global, la vocación de contribuir a crear una sociedad mejor.
García-Bernal se lamentó de que, si bien la ética es tan antigua como la humanidad, su implementación en el mundo de la empresa sea tan reciente, ya que los primeros códigos de buen gobierno datan de los años 60 en Estados Unidos, pese a su enorme valor social, pero también a nivel de negocio. “La ética es fundamental para las empresas, ya que con ellas consiguen una imagen reputacional positiva, atraen a inversores y obtienen seguridad jurídica”, tanto de cara a los clientes, como para protegerse a través del compliance de las repercusiones legales por la actuación de directivos o empleados deshonestos.
El sector busca talento y necesita jóvenes con talento, con conocimientos tecnológicos y formación especializada; pero también necesita jóvenes con la vocación de crear una sociedad más justa
Preguntado sobre la implementación de la ética en el sector asegurador, afirmó que el mundo asegurador es un claro ejemplo de sector al servicio de la ciudadanía, ya que cuenta con códigos éticos y trata de ofrecer respuesta a las necesidades de la población, a través de iniciativas como los seguros inclusivos, productos baratos para personas de bajos recursos.
“Muchas personas ante desgracias como la COVID o la DANA han empezado a darse cuenta de que el seguro no debe verse como un gasto, sino una inversión. Los seguros aportan una seguridad, una tranquilidad”, explicó García-Bernal. “El seguro es, ante todo, un contrato de confianza, y esa confianza debe apoyarse en la ética”.
Respecto al papel del sector asegurador durante la DANA, el ponente recordó que los clientes con pólizas activas están cubiertos por el Consorcio de Compensación de Seguros, un organismo dependiente del Ministerio de Economía que compensa a los afectados en un plazo máximo de tres meses. Actualmente, este organismo ya estaría atendiendo más de 4.000 reclamaciones. En caso de no contar con una póliza, quedaría en manos del Estado ayudar a las víctimas, aunque en este caso los plazos administrativos podrían ser superiores.
El presidente de APROMES afirmó que las compañías aseguradoras con las que trabajan están actuando con agilidad y honradez. Las aseguradoras tienen ahora la oportunidad de demostrar que operan con ética empresarial, agilizando los trámites de los siniestros, y no poniendo pegas a sus clientes amparándose en la letra pequeña. “Es el momento de mostrar un comportamiento ético, de cerrar filas, de demostrar un liderazgo empresarial basado en un espíritu de ayuda a los demás, para transmitir tranquilidad. Las aseguradoras tienen un reto muy importante y deben darlo todo”.
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