Por Pedro Fernández, abogado y profesor del IEB.
La reciente decisión de Ferrovial de invertir 500 millones de euros en la construcción de un centro de datos en Polonia, cerca de la frontera con Ucrania, genera la sensación de otra oportunidad perdida para España y que podría haber fortalecido la posición de nuestro país en el sector tecnológico.
Las palabras de la ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, afirmando que vivimos una burbuja de centros de datos en España, mientras el sector tecnológico mantiene lo contrario, al mismo tiempo que denuncia el grave problema que existe con la red de transporte de electricidad —clave en el desarrollo tecnológico de los centros de datos—, es la mejor demostración de que lo público y lo privado no están yendo de la mano una vez más.
Los centros de datos son infraestructuras críticas en la economía digital actual. Albergan y gestionan grandes volúmenes de información que sirven de respaldo a servicios esenciales como el comercio electrónico, las redes sociales, la banca en línea y las plataformas de streaming. Su presencia en un país no solo mejora la conectividad y la eficiencia de las empresas locales, sino que también atrae inversiones extranjeras y genera empleo cualificado.
España ha mostrado avances significativos en la atracción de inversiones en centros de datos. Por ejemplo, Amazon Web Services (AWS) ha establecido tres centros de datos en Aragón desde 2022, generando empleo y contribuyendo al PIB regional. Estas instalaciones ofrecen almacenamiento de datos y baja latencia a nivel nacional e internacional, posicionando a la región como un hub tecnológico en el sur de Europa. Además, el Gobierno central ha anunciado la inversión de 67 millones de euros en Multiverse Computing, una empresa especializada en computación cuántica e inteligencia artificial, con el objetivo de posicionar a España como líder en IA en Europa.
A pesar de estos avances, la decisión de Ferrovial de construir el mayor centro de datos de Europa fuera de España no es una buena noticia para nuestro país. Esta inversión podría haber reforzado la infraestructura digital española, mejorando la competitividad y atrayendo a más empresas tecnológicas, y la elección de Polonia como destino del proyecto sugiere que factores como los incentivos fiscales, los costes operativos, la disponibilidad de talento o la estabilidad refutatoria pueden haber influido en la decisión, lastrando nuestras posibilidades futuras de atraer negocios.
Entonces, ¿qué medidas podríamos potenciar para la implantación de centros de datos en España? Pues, para evitar futuras pérdidas de oportunidades y consolidar a España como un referente en el sector, urge la adopción de medidas que mejoren el atractivo de nuestra economía, que podrían ser:
- Implementar políticas fiscales atractivas, como reducciones de impuestos y subvenciones para empresas que inviertan en infraestructuras digitales.
- Garantizar un suministro eléctrico fiable y fomentar la integración de energías renovables para reducir costes operativos y atraer inversiones.
- Formar y retener el talento, desarrollando programas educativos especializados en tecnologías de la información y la gestión de centros de datos que aseguren una fuerza laboral cualificada.
- Reducir la burocracia y agilizar los procesos de licencias y permisos para la construcción y operación de centros de datos.
- Fomentar colaboraciones entre el sector público y privado para el desarrollo de infraestructuras y proyectos tecnológicos, son algunas de las medidas necesarias para lograr ese objetivo.
Además, las recientes decisiones de la Comisión Europea, aprobando iniciativas para fortalecer las capacidades de defensa y tecnológicas de la UE, suponen nuevas oportunidades que no podemos dejar de aprovechar. España, en su posición geoestratégica privilegiada, puede beneficiarse de estos programas para impulsar la construcción de centros de datos que respalden infraestructuras críticas y proyectos de defensa. La colaboración en proyectos europeos puede proporcionar financiación y recursos adicionales, posicionando a España como un actor clave en la seguridad y tecnología de la región.
En definitiva, la construcción de centros de datos es esencial para el desarrollo económico y tecnológico de España. Aunque se han logrado avances, es esencial implementar medidas que hagan al país más atractivo para estas inversiones. Aprovechar las oportunidades que ofrece la Unión Europea en materia de defensa y tecnología puede ser un catalizador para consolidar a España como un hub tecnológico en Europa. La colaboración entre el sector público y privado, junto con políticas favorables a ese desarrollo, garantizará que futuras decisiones empresariales beneficien al país y fortalezcan su posición en la economía digital global.
Pero lo que también está claro es que declaraciones alertando de ficticias burbujas de centros de datos en España no son la más eficaz, eficiente e inteligente estrategia para atraer inversiones que generen la riqueza y el progreso que nuestra sociedad necesita.
Tribuna publicada en Invertia.
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