Muchas catástrofes, tanto naturales como económicas, han sido provocadas por elementos de riesgo que no fueron considerados como tales en su momento, pero que en situaciones de crisis se revelan en toda su crudeza. Por ello, el sector asegurador se esfuerza constantemente por avanzar en la gestión de riesgos, aunque todavía existe margen de mejora. El IEB ha identificado los principales puntos de mejora en su ‘decálogo para la gestión de los riesgos en entidades aseguradoras’. Este decálogo ha sido realizado por Jesús Pérez, coordinador académico del programa directivo Gestión Global de Riesgos en Entidades Aseguradoras – Solvencia II, que iniciará su próxima edición el 1 de febrero de 2018, en colaboración con la consultora Willis Towers Watson.
Entre las principales propuestas del decálogo, destaca que se establezca un marco general para la gestión de los riesgos en donde se incorporen procesos y procedimientos; calidad y gobernanza de los datos; que se avance en la medición del riesgo; que se integren los sistemas de riesgo entre sí y con las diferentes áreas de negocio; que se implanten las tecnologías necesarias para agregar los datos de riesgos; que se realice una gestión activa del ciclo integral del riesgo; que se implante una analítica avanzada de soporte a la decisión y riesgo tecnológico; que la rentabilidad se ajuste al riesgo de la operación; que se trate de mitigar el impacto regulatorio y del riesgo de incumplimiento y que se haga mayor énfasis en la formación y especialización de los empleados en materia de riesgos.
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