Por Rodrigo Villamizar Alvargonzález, ex ministro de Energía de Colombia, jefe de estrategia de Kaiserwetter Energy Asset Management y profesor de la Universidad de San Diego y del IEB.
El Príncipe heredero Mohamed Bin Salman (conocido como ‘MBS’) anuncia un nuevo concepto de ciudad llamado La LÍNEA. En lugar de ciudades verticales se propone construir una ciudad ‘lineal’ de 170 km que conserva el 95 % de la naturaleza, sin coches, sin calles y sin emisiones de carbono. MBS puede ser un controvertido líder, presionado internacionalmente por sus estrechos vínculos con el presidente Trump, acusaciones de estar involucrado intelectualmente en el asesinato del periodista del Washington Post Jamal Khashoggi y de haber ordenado grabar conversaciones comprometedoras de Jeff Bezos (las cuales precipitaron su divorcio) pero aun así, se perfila como el gran reformador de la economía saudí y un visionario del nuevo desarrollo económico y urbano financiado con billones de petrodólares.
Su visión “Saudi Vision 2030” no solo plantea una economía ‘limpia’ de emisiones de carbono (propuesta herculana para la primera economía exportadora de petróleo del planeta) sino la re-ingeniería total de la economía saudí. A partir de una economía dependiente de combustibles fósiles donde cerca del 50 % de los puestos de trabajo son oficiales y donde las subvenciones cubren al 70 % de la población, el príncipe planea transformarla en un emporio industrial y tecnológico.
Las bases iniciales de este ‘sueño’ ya habían sido sembradas por el anterior Rey Abdullah. Él fue quien creó en 2012 un fondo soberano para construir las ciudades del futuro. En 2014 se emprendió la primera ciudad de la ‘Energía Atómica y Renovable’ (KACARE, según las siglas en Ingles de: King Abdullah City for Atomic And Renewable Energy) del reino. El estudio fue encargado a un consorcio de tres centros académicos: The London School of Economics, el Instituto de Estudios Financieros, IEB de la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de San Diego y el autor de esta nota fue quien dirigió su primera fase. Esa nueva ciudad, situada a 50 kilómetros de Rayad, es ya referente de cómo serán las ciudades futuras del desierto saudí impulsadas completamente por energía limpia y cero emisiones de carbón.
Otras nuevas ciudades se adelantaron mientras vivía el rey Abdullah: la de la Ciencia y Tecnología, La ciudad Financiera, La ciudad del Agro, etc. Pero el Príncipe MBS ha dado un salto quántico no solo en magnitud (con su proyecto NEOM) sino con un concepto diferente de ciudad. Esta novísima ciudad, localizada en el noroeste de Arabia Saudita frente al Mar Rojo, modelo de habitabilidad, negocios y conservación del medio ambiente, incluye el revolucionario concepto de “la Línea” o ciudad lineal.
El nombre NEOM se compone de dos palabras: neo, que significa “nuevo” y la abreviatura “m” de “mostaqbal” que significa “futuro”. Según los planes, la NEOM Lineal estará controlada por robots que realizaran funciones de seguridad, logística, despachos a domicilio y cuidado de personas. La ciudad será alimentada únicamente con energía limpia (eólica y solar) y con las más avanzadas tecnologías de infraestructura y movilidad. El coste calculado será de $ 500.000 millones de dólares provenientes del Fondo Soberano de Inversión Pública de Arabia Saudita. La primera fase del proyecto estará concluida en 2025.
El millón de residentes que habitará la ciudad contará con un núcleo céntrico, pero todas sus zonas empresariales, centros de investigación, lugares deportivos y de entretenimiento estarán distribuidos ‘en línea.’ O sea, una franja sin autos y sin calles transversales en contacto con la naturaleza y a cinco minutos a pie de todo lo que necesiten para satisfacer sus necesidades diarias de trabajo y consumo.
La Línea de 170 km de desarrollo urbano incluye comunidades ciber-conectadas por Inteligencia Artificial e impulsada por energía 100 % limpia para 380.000 puestos de trabajo que generarán $ 48.000 millones de PIB para 2030. Será la piedra angular de la Visión 2030 y un mecanismo de transformación económica para el mundo árabe.
A lo largo de la historia se han construido ciudades de todas las formas y extensiones. La Revolución Industrial promocionó ciudades donde máquinas, automóviles y fábricas comparten espacios reducidos con las personas. Pero esto ha implicado que sus habitantes respiren aire más contaminado y nocivo por las emisiones de CO2. Además, aumentando la entropía del planeta ya que tres mil millones de personas se desplazan más de 1.000 kilómetros por año para ir a trabajar. Siete millones de personas mueren cada año a causa de la contaminación al tiempo que un millón también son víctimas de accidentes de tráfico.
Quizás por esto MBS impulsa NEOM y La LINEA. Aun a un desorbitado coste de inversión, ¿será posible que las ciudades pequeñas y grandes en forma de ‘franjas’, con puertos, zonas de negocios, centros de investigación, estadios deportivos y áreas de recreación erigidas “sobre un mismo eje” alteren los patrones de vida y desplazamiento para aumentar bienestar, productividad y amabilidad con el medio ambiente? MBS deberá probarlo con NEOM y sus ciudades lineales. Todos los urbanistas están ansiosos por ver los resultados.
Tribuna publicada en Ejecutivos.
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