Por Rodrigo García de la Cruz, CEO de Finnovating y director del programa Banca Digital: Innovación y Tecnología Financiera.
Para finalizar la serie de artículos comenzados por el profesor José María Revelllo, me propongo situar las finanzas corporativas dentro del mundo de la banca. La primera clasificación que habría que considerar en esta industria sería entre la banca de personas físicas y jurídicas.
En el primer caso tendríamos básicamente dos segmentos, la banca privada y la banca personal. Para diferenciarlos tenemos que ir a los límites de patrimonio que delimitan cuándo un cliente puede ser considerado de banca privada o no, y varía significativamente en función de la estrategia de cada entidad. Algunas firmas sitúan el límite por encima de los 100.000 euros y otras en uno o varios millones de euros. En cualquier caso, los productos y el trato será más exclusivo cuanto mayor patrimonio tenga el cliente.
En el caso que nos ocupa podríamos hablar de Banca Corporativa y de Inversión, de Banca de Empresas y, por último, de Banca de Pymes y Autónomos. La Banca Corporativa y de Inversión es aquella especializada en prestar productos y servicios de banca a grandes corporaciones y multinacionales, de entre los que podríamos destacar:
- Productos clásicos de financiación: préstamos, hipotecas, líneas de crédito, factoring, confirming, leasing, renting…
Y otros mucho más especializados:
- Mercados de Capitales: salidas a bolsa (equity Capital Markets), emisiones de deuda (Debt Capital Markets), operaciones de financiación de activos a medida o de financiación estructurada (Structured Finance), entre otros.
- Servicios de asesoramiento: para operaciones de M&A (Compra-venta), búsqueda de inversores estratégicos…
El segmento de Banca de Empresas básicamente se centra en los productos de financiación y es el primero que hereda los productos innovadores de la banca corporativa. En cuanto al segmento de Banca de Pymes y Autónomos se caracteriza por productos más sencillos y, en algunas ocasiones, centrados en su perfil, como es el caso de los TPV (terminales de pago con tarjeta) para las tiendas y negocios.
Lo más atractivo del mundo del Corporate Finance es que es el segmento más especializado de la banca, manejando los productos y servicios más complejos e innovadores que luego van llegando al resto de las empresas de la sociedad. Un especialista en este segmento de compañías podrá trabajar, no solo en la gran Banca de Inversión, sino también en la Banca de Empresas y de Pymes, con conocimientos suficientes para manejarse con gran solvencia y dominio.
Artículo publicado originalmente en octubre de 2013.
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