Científicos y artistas fueron preguntados en el siglo XIX, de cara a la exposición universal de París de 1900, cómo se imaginaban que sería la escuela en el año 2000. El resultado, que se plasmó en más de 87 ilustraciones, no fue tan disparatado. Alguien previó que los libros no existirían y los contenidos se transmitirían por medio de una máquina a modo de audio o, según los más futuristas, por ondas cerebrales a través de un cableado en lo que algunos interpretan como la predicción de la red. Lo que no cambiaba era el modelo docente: rígido, con un profesor separado y elevado respecto a los estudiantes, y unos alumnos en un mismo espacio que no promueve el trabajo colaborativo, sino la individualidad.
Así lo cuenta el Grupo de Trabajo de Directores TI de la CRUE (Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas) en el informe de tendencias Transformación digital en la Universidad Española. El documento presenta varios anexos analizando los aspectos implicados en el problema de la transformación digital, en la que lo más importante es el cambio organizativo y cultural que lleva implícita, no las herramientas en sí.
Las escuelas de negocios han aceptado el reto de la transformación digital, introduciendo innovaciones en su oferta formativa. En el caso del IEB, especializado en finanzas, lo más novedoso es la utilización de un modelo de simulación de negocios pionero en el mundo. El Instituto ha desarrollado un simulador que reproduce un sistema económico, financiero y empresarial. Además, satisface la demanda de profesionales con una visión global de negocios. El alumno asume el rol de director general y aprende a tomar decisiones en diferentes áreas para solventar con éxito las dificultades empresariales y financieras.
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