Por Pedro Fernández Hernández, profesor de Filosofía Política y Ética en los Negocios.
La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en uno de los principales motores del desarrollo tecnológico y económico a nivel global. Países como Estados Unidos y China han comprendido la importancia de la IA como ventaja estratégica y han impulsado políticas agresivas de inversión para posicionarse como líderes en el sector. En contraste, España, a pesar de contar con talento y un ecosistema de innovación prometedor, sigue rezagada en términos de inversión y apoyo institucional.
Recientemente, la decisión de la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, de desconvocar las becas a la investigación en IA por un importe de 31 millones de euros ha generado una gran preocupación en la comunidad científica y tecnológica. Mientras otros países de la OCDE siguen avanzando en inversión y desarrollo, España se enfrenta a retrasos que pueden comprometer su competitividad en este sector clave.
España se enfrenta a retrasos que pueden comprometer su competitividad
El mercado global de la IA está en plena expansión. Según el informe de Stanford AI Index 2023, la inversión privada en IA superó los 90.000 millones de dólares en 2022, con una gran concentración en EE.UU. y China. Estos países han desarrollado estrategias nacionales ambiciosas, con presupuestos multimillonarios dedicados a la investigación, desarrollo e implementación de inteligencia artificial.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha destacado en varios informes la creciente brecha en inversión en IA entre los países líderes y el resto del mundo. Dentro de la OCDE, la media de inversión gubernamental en IA ha aumentado significativamente, con programas específicos que garantizan financiación sostenida en el tiempo. En concreto, Estados Unidos sigue liderando la inversión en IA, tanto a nivel público como privado. Su Estrategia Nacional de IA, lanzada en 2019 y reforzada en años posteriores, ha canalizado miles de millones de dólares en proyectos de investigación e innovación. El Gobierno de EE.UU. ha incrementado su financiación para la IA en agencias como la National Science Foundation (NSF), el Departamento de Defensa y el Departamento de Energía. Además, las grandes tecnológicas estadounidenses (Google, Microsoft, OpenAI, Amazon y Meta) han invertido de manera agresiva en el desarrollo de IA, con iniciativas como modelos de lenguaje avanzados y sistemas de IA generativa. En 2023, solo Microsoft anunció una inversión de 10.000 millones de dólares en OpenAI, demostrando el nivel de compromiso del sector privado en el país.
Por otra parte, China ha hecho de la IA una prioridad nacional con su plan Made in China 2025 y la Estrategia Nacional de IA de 2017. El Gobierno chino ha destinado más de 150.000 millones de dólares para el desarrollo de IA en la última década, con el objetivo de superar a EE.UU. en liderazgo tecnológico para 2030. Empresas como Baidu, Tencent, Alibaba y Huawei están fuertemente respaldadas por el Estado y han desarrollado tecnologías de IA de vanguardia. La ciudad de Beijing ha impulsado una «zona piloto» de IA con miles de millones en incentivos para startups y centros de investigación.
El Gobierno chino ha destinado más de 150.000 millones de dólares para el desarrollo de IA en la última década, con el objetivo de superar a EE.UU.
Además, países de la OCDE como Alemania, Francia, Canadá y Japón han reforzado sus estrategias de IA con planes de inversión a largo plazo. Francia ha anunciado una inversión en los próximos años de 109.000 millones de euros en IA. Alemania ha destinará de 3.000 a 5.000 millones de euros para el desarrollo de IA hasta 2025, con un fuerte énfasis en IA aplicada a la industria. Y Canadá ha anunciado recientemente que invertirá más de 2.000 millones de dólares en el desarrollo de ecosistemas de IA y talento. Estos países han entendido que la inversión sostenida en IA es clave para garantizar la competitividad en el futuro digital.
En contraste, España sigue rezagada en términos de inversión y planificación estratégica, aun cuando es cierto que ha adoptado algunas medidas en materia de IA. La Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial (ENIA), lanzada en 2020, contemplaba una inversión de 600 millones de euros hasta 2025, una cifra significativamente menor en comparación con otros países europeos.
El retraso en la implementación de estos fondos y la falta de continuidad en el apoyo a la investigación han sido preocupaciones recurrentes. En este contexto, la decisión de la ministra Morant de desconvocar las becas de investigación en IA por 31 millones de euros representa un nuevo obstáculo para el desarrollo del sector. A pesar de que se ha intentado rectificar, anunciando una nueva convocatoria de ayudas para la financiación de proyectos de investigación en cooperación en el Área de Inteligencia Artificial por importe de 31 millones de euros en los próximos meses, lo cierto es que plantear estos anuncios a varios meses vista supone perder oportunidades estratégicas que los demás países no desaprovecharán para posicionarse con ventaja en los desarrollos de sistemas de IA.
La decisión de la ministra Morant de desconvocar las becas de investigación en IA por 31 millones de euros representa un nuevo obstáculo para el desarrollo del sector
Por eso, para evitar que España siga perdiendo competitividad en IA, es urgente adoptar medidas que aseguren una financiación estable y a largo plazo, la creación de incentivos para la inversión privada, fortalecer la cooperación internacional, y retener y atraer talento de forma real y efectiva.
España tiene el talento y el potencial para convertirse en un referente en IA, pero las decisiones políticas erráticas y la falta de una estrategia de inversión sostenida están limitando su desarrollo. Mientras EE.UU., China y otros países de la OCDE avanzan con paso firme mediante la elaboración de planes ambiciosos y la atracción de financiación sólida, España sigue perdiendo oportunidades clave. La cancelación de las becas de investigación en IA es solo un síntoma de un problema mayor: la falta de visión estratégica en tecnología. Si el país no toma medidas urgentes para revertir esta tendencia, la brecha con los líderes en IA seguirá creciendo, y con ella, la dependencia tecnológica de España en un mundo cada vez más dominado por la inteligencia artificial.
Tribuna publicada en El debate.
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