Por Rodrigo García de la Cruz, presidente de AEFI, CEO de Finnovating
y director del PD Banca Digital: Innovación y Tecnología Financiera.
Hace unos días me preguntaban en un encuentro cuál era desde mi punto de vista la mayor innovación financiera que conocía. La respuesta no era ni mucho menos sencilla, ya que hoy por hoy la infinidad de iniciativas llamadas a poder disrumpir en este sector.
Desde las ya famosas FinTech, WealthTech o RegTech, la aplicación de las nuevas tecnologías como Blockchain o la inteligencia artificial, las propuestas de valor las GAFAS (Google, Amazon, Facebook y Apple) o las super-apps asiáticas donde se integra toda la vida financiera de los clientes, (como es el caso de Wechat o Alipay). Todas ellas están llamadas a transformar el sector financiero para siempre.
Pero la pregunta iba mucho más allá, ya que incluía el grado de impacto a nivel de país, es decir, qué tipo de innovación financiera podría transformarlo y acelerarlo. Había que pensar entonces en las cuatro palancas que soportan la innovación financiera de un país en términos de innovación FinTech: Inversión, Talento, Tecnología y Regulación.
Sin duda sin talento no hay tecnología y sin inversión no hay talento, pero la clave es la regulación, si no hay un entorno regulatorio que fomente la innovación, no habrá atracción de inversión ni de talento que desarrolle la tecnología
Sin duda sin talento no hay tecnología y sin inversión no hay talento, pero la clave es la regulación, si no hay un entorno regulatorio que fomente la innovación, no habrá atracción de inversión ni de talento que desarrolle la tecnología. Así que ahí estaba la clave, en como unir regulación e innovación financiera en un solo espacio de trabajo.
Llegados a este punto había que crear un entorno controlado o espacio seguro de pruebas en el que los emprendedores de startups FinTech o empresas con propuestas realmente innovadoras, pudieran poner en estos proyectos sin temor a estar «fuera de la ley» y sin el beneplácito de los supervisores. Es aquí donde aparece el Sandbox.
Reino Unido, claro ejemplo de apoyo institucional al sector financiero en todas sus vertientes, puso en marcha desde la FCA el primer Sandbox a nivel mundial en 2016.
Los objetivos del mismo eran claros: reducir el tiempo y, potencialmente, el coste de llevar ideas innovadoras al mercado. Permitir un mayor acceso a la financiación para los innovadores, al reducir la incertidumbre regulatoria.
Permitir que más productos fueran probados y, por lo tanto, potencialmente introducidos en el mercado. Permitir que la FCA trabajara con FinTechs para garantizar que se incorporen garantías de protección al consumidor en los nuevos productos.
Un Sandbox para España tendría aún más impacto que el que ha tenido en el caso inglés, por un sencillo motivo: la regulación continental es mucho más rígida que la anglosajona
Todo esto, unido a su gran ecosistema de inversión y atracción de talento emprendedor hizo que ese año Inglaterra fuera el centro mundial FinTech, solo adelantado por Silicon Valley.
Así que sin duda el Sand-box es la mayor innovación financiera que un país puede poner en marcha. ¿Y donde se encuentra en España? Un Sandbox para España tendría aún más impacto que el que ha tenido en el caso inglés, por un sencillo motivo: la regulación continental es mucho más rígida que la anglosajona, por lo que sería una vía para mejorar el acceso a la actividad de la innovación, acercar estos proyectos a los supervisores y abrir una vía para futuras marcos regulatorios para nuevas actividades que vayan apareciendo.
España actualmente acaba de finalizar el periodo de consulta pública sobre el documento del «Anteproyecto de Ley de Medidas para la Transformación Digital del Sistema Financiero» que contiene un Sandbox para España.
Un trabajo que ha unido la total implicación de los reguladores y supervisores, sumado al apoyo general del sector y a un trabajo incansable de apoyo al Sandbox de la Asociación Española de FinTech e InsurTech. Por todo ello, es posible que vea la luz muy pronto.
Tenemos una importante ventana de oportunidad, ya que son muy pocos los países que han puesto en marcha un marco de pruebas para mejorar la regulación financiera
Nos jugamos mucho como país, tener un Sandbox nos permitiría estar a la cabeza en el estímulo de la innovación financiera, convirtiéndonos en un país que apuesta por la innovación, los emprendedores, la tecnología y la mejora de los servicios financieros.
Tenemos una importante ventana de oportunidad, ya que son muy pocos los países que han puesto en marcha un marco de pruebas para mejorar la regulación financiera, pudiendo ser uno de los pioneros en Europa Continental y Latino América. Aunque esta oportunidad es limitada en el tiempo, puesto que países como Francia, Italia, México o Brasil están trabajando su propio Sandbox.
Así que, sin duda, puedo afirmar que el Sandbox es la mayor innovación financiera del siglo XXI.
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