Por Carlos del Campo Rodríguez, Alumno del Master en Bolsa y Mercados Financieros del IEB.
El mundo está cambiando a una velocidad vertiginosa y su transformación se va a acelerar en los próximos años. En 2030, la población mundial alcanzará los 8.551 millones de personas (7.550 actualmente) de las cuales, más del 75% vivirá en Asia o África, mientras Europa pasará a tener un peso inferior al 9% sobre el total mundial. El mundo se está “desoccidentalizando”, la forma de mirar el mapamundi que nos enseñaron y a la que estamos acostumbrados parece estar perdiendo validez en términos de PIB, población y comercio.
Este hecho se apoya en el desplazamiento del centro de gravedad económico desde el eje Atlántico norte hacia Asia-Pacífico, retornando a su nivel de partida anterior a la Revolución Industrial, cuando China e India lideraban el peso económico mundial y en el que Asia (hasta comienzos del siglo XVI) suponía 2/3 del PIB global. Hoy, los países emergentes ya representan el 59% de la riqueza total.
Según un estudio de PwC How will the global economic order change by 2050?, en 2050 el ranking de los países pertenecientes al G7 estará dominado por países emergentes (China, India, EE.UU., Indonesia, Brasil, Rusia y México) sin representación europea, produciéndose un entorno inédito que abrirá nuevos frentes en el plano geopolítico mundial.
En concreto, el peso económico agregado de los 27 países de la UE será inferior al que tendrá India, que pasará a ser la segunda economía mundial en términos de paridad de poder adquisitivo (PPA) y la primera por número de habitantes.
«En 2030 surgirán 7.000 nuevas grandes empresas, de las cuales 7 de cada 10 tendrán su origen en economías emergentes, especialmente en China»
Este escenario tiene efectos sobre las clases medias urbanas, que actualmente crecen a un ritmo de 140 millones de personas al año, principalmente en el sur de Asia, donde la pobreza extrema ha caído hasta el 13,5% (Banco Mundial). Una nueva clase media mundial que se concentrará en megaciudades de más de 10 millones de habitantes que hoy ya generan el 75% del PIB mundial (86% en 2030) y cuyo poder económico va en aumento por su capacidad de atraer talento y generar innovación.
El mayor protagonismo de sus ciudades, y de clases medias con una mayor capacidad adquisitiva tendrá efectos directos sobre la demografía empresarial. Así, para el año 2030 surgirán 7.000 nuevas grandes empresas de las cuales 7 de cada 10 tendrá su origen en economías emergentes, especialmente en China. Esta transformación geopolítica y social, unida a la transformación digital en la que estamos inmersos explica que ninguna empresa tenga su futuro garantizado. De ahí la necesidad de que éstas diseñen y adapten su modelo de negocio empresarial.
Un ejemplo de ello es que la mayor compañía de taxis del mundo no tiene coches (Uber), el mayor portal de contenidos del mundo no genera contenido propio (Facebook) o que el mayor proveedor de alojamiento del mundo no posee habitaciones (Airbnb). Además, el mundo cada vez está más interconectado. Al teléfono fijo le costó 75 años alcanzar los 50 millones de usuarios, a la televisión 17, a internet 4 años y al juego Candy Crush solo le costó 35 días.
Vivimos inmersos en un proceso de cambio constante que avanza a gran velocidad en el que el futuro es incierto, pero está lleno de retos y oportunidades para todos. En nuestra mano está prepararnos para el mundo que viene.
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