Durante las últimas semanas, han aumentado las presiones para que Ucrania y Rusia encuentren una solución diplomática al conflicto. El último en pedir que ambos bandos se sienten en la mesa de negociación ha sido Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía. Una petición que podría parecer realista ante la reapertura del corredor del grano en el mar Negro o los recientes intercambios de prisioneros. Estas esperanzas también se ven alimentadas por el dramático desplome de las municiones en ambos bandos y la llegada de un invierno que dificultará los combates y puede tener consecuencias terribles tanto sobre el ejército ruso como sobre la población ucraniana.
Sin embargo, ni Kiev, ni Moscú muestran interés por poner fin a la guerra. Consciente de que su ejército cuenta con el momentum a su favor, Volodímir Zelenski es partidario de seguir golpeando a las fuerzas invasoras, para impedir que aprovechen el invierno para reabastecerse. Por su parte, Vladimir Putin solo está interesado en una tregua que le dé el tiempo necesario para enviar nuevos reclutas y armamento al frente. La OTAN también está endureciendo el discurso ya que, según su secretario general, Jens Stoltenberg, «no habrá paz duradera si gana el opresor».
“No veo un final diplomático entre Rusia y Ucrania a corto plazo”, concluye Aurelio García del Barrio, director del Global MBA con especialización en Finanzas. El profesor analiza los escenarios más probables de cara al invierno en esta entrevista en Negocios TV:
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