César Fernández es profesor de M&A y Private Equity del IEBLa semana pasada nos encontramos con el anuncio de la OPA de Orange sobre Jazztel, en la cual se ofrecía a los accionistas de esta última una prima del 8% sobre el precio de cotización. Aunque la prima nos pueda parecer un poco baja viendo otras operaciones históricas, no debemos olvidar que los rumores de OPA sobre Jazztel eran constantes durante los últimos meses, con lo que el precio de la acción ya recogía esta posibilidad y parte de la prima ya estaba descontada en su cotización.Aún así, en una OPA, además de fijarnos en la prima, es mucho más importante fijarse en el precio final de la oferta. Por ejemplo, si la cotización bursátil de la compañía es inferior al precio de mercado, el comprador puede ofrecer una prima muy elevada y, aún así, el precio final es inferior al precio de mercado, con lo que la prima real efectiva es negativa y los vendedores deberían rechazar la OPA.En el caso de Jazztel, la prima realmente efectiva es muy superior al 8%. Ha sido una operación fantásticamente diseñada por su presidente y primer accionista de la compañía, Leopoldo Pujals, donde ha conseguido que sus accionistas obtengan importantes plusvalías.Entonces, ¿qué es lo que justifica a los compradores pagar una prima en una OPA? En un caso donde el precio de cotización sea similar al precio de mercado, son el valor de las ‘sinergias’ que el comprador supuestamente obtendrá tras la adquisición de la compañía adquirida. Si al final, esas supuestas sinergias finalmente no se materializan, el comprador realmente está sobre pagando, con lo que con esa operación corporativa habrá destruido valor para los accionistas.La siguiente pregunta sería, ¿y esas supuestas sinergias finalmente se consiguen? Pues desgraciadamente la experiencia nos dice que generalmente se es muy optimista en la estimación de las mismas, y el volumen finalmente de sinergias que se materializan es inferior al estimado. Por lo tanto, esa operación habrá sido dañina para la rentabilidad de la inversión de sus accionistas.Este hecho es conocido por el mercado, y lo podemos ver muy bien si observamos el comportamiento de evolución de la cotización de la compañía que lanza la OPA, que en la mayoría de las ocasiones, baja mientras sube la de la empresa adquirida. Pocas excepciones, como el Banco Santander, se salva de esta regla, inclusive subiendo cuando anuncia una OPA, porque el mercado es conocedor que es una de las pocas firmas que, de forma mayoritaria, han generado valor vía adquisiciones. La transformación de un banco mediano en España a ser uno de los mayores de la Eurozona ha sido a través de operaciones corporativas.A principios de año vimos como se reactivaron las OPVs: eDreams, Applus, próximamente AENA, etc; y con el pistoletazo de salida de Jazztel, probablemente veamos en los siguientes trimestres más OPAs.Y este auge de las OPVs y OPAs son un excelente indicador como predecesor del crecimiento de la compañía. Después de una etapa de recesión, siempre se cumple el siguiente ciclo: aumento notable de las operaciones corporativas, revaloración significativa de la Bolsa y, por último, el impacto positivo en el aumento del PIB.España afortunadamente se encuentra justo en estos momentos en esta fase del ciclo. Y además, con unos niveles muy elevados que harán que pasemos de un decrecimiento del PIB a un crecimiento muy considerable para este año 2014. Probablemente, acabemos cerrando en niveles próximos al 2% pues también siempre se cumple en economía que, cuando las cosas van mal, los pronósticos son mejores que la realidad, y cuando las cosas van bien, la realidad es mejor que los pronósticos.Por último, a aquellos que critican que esta recuperación es la de los mercados y los empresarios, porque no llega todavía a los ciudadanos, hay que tener en cuenta que, para que la recuperación llegue a las familias, previamente tiene que suceder la recuperación de lo anterior.
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