Organizaciones exponenciales y su impacto en el sector financiero

El papel de las FinTech

Por Ángel Aguilar, Brais Lage, Martín Momo, José Leandro Santos, Gonzalo Ximénez y José Yelamos, alumnis IEB.

Debido al avance con el que se desarrollan las nuevas tecnologías y a las iniciativas de los emprendedores, se ha comprobado que el mundo actual se dirige hacia el crecimiento exponencial. La sociedad está acostumbrada a pensar y esperar que todo funcione de manera lineal; con la aparición y el desarrollo de tecnologías cada vez más revolucionarias, se debe adaptar y modular el pensamiento hacia un modelo exponencial.

El concepto de Organización Exponencial (ExO) surge por primera vez en la Singularity University y se define como “una organización cuyo impacto o resultado es desproporcionadamente grande (al menos diez veces superior) al compararla con sus iguales, gracias al uso de nuevas técnicas organizativas que se sirven de las tecnologías aceleradoras”.

Estas organizaciones, a diferencia de las lineales, provocan disrupción en las industrias y las transforman por completo en un periodo muy corto de tiempo, tal y como se puede observar en la siguiente gráfica:

Toda organización exponencial nace de una idea bajo condiciones de incertidumbre, se nutre de información y a través de la innovación se convierte en ágil, escalable y flexible. De este modo, se puede decir que toda startup es potencialmente una ExO y toda ExO es potencialmente una empresa Unicornio (término referido a toda startup que alcanza una valoración de 1.000 millones de dólares). Sin embargo, la realidad y la incertidumbre es mucho más compleja y conlleva que muchas startups no consigan convertirse en exponenciales, al igual que muchas empresas exponenciales no consiguen mantener ese crecimiento que las impulse a ser catalogadas como unicornios.

Si bien las organizaciones más destacadas se encuentran en EE.UU o Reino Unido, España también está avanzando en cuanto a creación, crecimiento y financiación de este tipo de empresas. Las rondas de financiación en nuestro país han evolucionado desde los 568 millones de euros en 2016 a 1.227 millones en 2018, es decir, un crecimiento del 116% en tan solo dos años. En cuanto a valoración, actualmente tenemos dos empresas clasificadas como unicornios.

En lo que respecta al sector financiero, estas organizaciones son conocidas como FinTech, término utilizado para describir nuevas tecnologías que buscan mejorar y automatizar la entrega y el uso de los servicios financieros (préstamos y créditos, pagos y transferencias, inversiones, finanzas personales, divisas).

Si hablamos de creación de este tipo de empresas, a fecha de abril de 2019 el número de organizaciones ascendía a 344 (según datos de Finovating), destacando los servicios de préstamos, inversión y pagos, con 85, 56 y 52 empresas respectivamente.

En el sector mencionado, si comparamos a las FinTech con la banca tradicional sería necesario comentar diferentes características.

En cuanto a coste, hay un claro ganador. Las FinTech para servicios como cuentas corrientes, transferencias o uso de tarjetas, las comisiones son de 0 euros y en el caso de fondos de inversión, la comisión media está en el 0,82% anual, frente al 3% de la banca tradicional.

Sobre usabilidad, las Fintech se centran en poder realizar cualquier consulta o trámite de forma online, lo que supone una experiencia mucho más sencilla y ágil para el usuario y ha provocado que la banca tradicional avance en cierta medida en cuanto la experiencia del cliente.

Si hablamos de seguridad, las Fintech, igual que los bancos tradicionales, están altamente reguladas. Un claro ejemplo de esta seguridad lo encontramos en los Neobancos y en los Challenger Banks, que se enfrentan a estrictos requisitos para obtener una licencia bancaria o la obligación de las FinTech de inversión de estar inscritas en el FOGAIN o la supervisión de estas por parte de la CNMV.

En último lugar destaca también la transparencia, una característica que además de dar ventaja frente a la banca tradicional, es imprescindible para el crecimiento de las Fintech, ya que, para competir en un sector tan experimentado como importante es necesario que los clientes confíen en la empresa y en el servicio ofrecido. Nadie le confía su dinero a quien no se muestre capaz de gestionarlo o custodiarlo de forma adecuada. Es por esto también que los bancos a día de hoy mantienen sucursales abiertas, al haber todavía un gran número de personas que todavía no se han adaptado completamente a la era digital.

Una vez expuesta la temática de las organizaciones exponenciales, y situadas las mismas dentro del sector financiero, analizamos un ejemplo de Organización Exponencial en España: es la Sociedad de Procedimientos de Pago, S.L (SDPP), más conocido como Bizum, que nace en 2016 para dar la opción de realizar pagos en tiempo real y de cuenta a cuenta, de forma sencilla, cómoda, segura y sea cual sea el banco del usuario (dentro de las entidades adheridas).

Actualmente ya acumula más de cuatro millones de usuarios y más de 38 millones de transacciones, con un importe de 1.865 millones transferidos. Estas cifras se corresponden con un crecimiento en 2018 de aproximadamente el 150% de usuarios.

Bizum comenzó 2018 con cerca de un millón de usuarios y tres millones de operaciones por un volumen de 180 millones de euros. A finales de este mismo año, estas cifras ascendían a 2,5 millones de usuarios y 13 millones de operaciones, habiendo movido 700 millones de euros, lo que se corresponde con un crecimiento anual del 333%, 150% y 289%, respectivamente.

En 2019, Bizum cierra el primer semestre también con un crecimiento muy superior al que podría tener una empresa con un modelo de negocio tradicional y es que alcanzó los cuatro millones de usuarios, los 37 millones de operaciones y 1.865 millones de euros transferidos.

 

Tribuna publicada en Funds Academia (Funds People)