Aurelio García del Barrio, Director del Global MBA con Especialización en Finanzas del IEB Cada día que pasa, el fraude masivo de Volkswagen parece que tiene nuevas consecuencias. La compañía admitió que el alcance del engaño es mucho mayor de lo conocido, 11 millones de vehículos en todo el mundo, en lugar de los 482.000 vendidos en EEUU; el castigo bursátil se agudizó, perdiendo la empresa en dos días más de 25.000 millones de euros en capitalización, un 35% de su cotización; y un sinfín de países anunciaron la apertura de una investigación. El presidente de la compañía ha dimitido y la empresa ha dejado de comercializar sus coches diésel en Estados Unidos.El impacto ha sido brutal, ya que Alemania es la primera economía de la zona euro y en este país uno de cada siete empleos está relacionado directa o indirectamente con el automóvil, sector que factura en el país 250.000 millones de euros.El castigo ha sido probablemente excesivo y generalizado, por lo que podemos encontrar buenas compañías a buen precio; las crisis suelen ser una oportunidad para los inversores.Los que más sufrieron fueron las marcas que integran el grupo, con Volkswagen a la cabeza, perdiendo cerca de un tercio de su valor en sólo dos días de negociación y su capitalización bursátil se ha reducido en más de 25.000 millones, como comentaba anteriormente. Además Porsche ha retrocedido más de un 30% entre el lunes y el martes y su tamaño ha caído en más 6.000 millones, mientras que el descenso de Audi ha superado el 15%.Las también alemanas BMW y Daimler, dueña de Mercedes-Benz y Smart, acumulan unas pérdidas superiores al 7%, que en el caso de la segunda se traduce en una reducción en su capitalización de 5.970 millones; en Francia, Citroën y Peugeot se han dejado entre un 10% y un 11%; e incluso en Italia, Fiat acumula una caída de su cotización del 6,6% y su valor en Bolsa se ha reducido en algo más de 1.000 millones, con lo que la pérdida total del sector, según los datos de capitalización de Bloomberg, asciende a 51.637 millones.No hay evidencias de que esto pueda ser un asunto de la industria, pero lo último que necesitaban los accionistas de este sector era un escándalo sobre una de las franquicias de más calidad entre los fabricantes alemanes.De lo anteriormente expuesto, las compañías de automoción y auxiliares experimentarán una alta volatilidad en el corto plazo y sería prudente evitar cualquier valor de este sector durante una buena temporada hasta que quede claro hasta donde llega la contaminación.
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