Los chicharros son empresas que pueden dar muchas alegrías a sus accionistas… o hacerles perder casi todo lo invertido. La alta volatilidad de estos valores atrae a un tipo de inversor que especula con estas compañías para obtener altas rentabilidades de forma rápida. Un juego en el que se pueden quemar.
Expertos como Javier Niederleytner, profesor del Máster en Bolsa y Mercados Financieros, explican en qué consisten estos valores y qué tipo de inversores apuestan por ellos, en este reportaje del programa Cierre de Mercados, de Radio Intereconomía.
Abajo puedes escuchar el podcast, o leer la transcripción del reportaje:
Transcripción:
¿Qué tiene en común DIA, Duro Felguera, Abengoa, Coemac, Deoleo…? Son empresas que atraen a los especuladores como la miel a los osos.
Hay muchos minoritarios que entraron confiando en los fundamentales de estas empresas y los números que presentaban dichas compañías, y que después se han encontrado con unas caídas espectaculares que les han hecho perder todo lo invertido. Pero junto a estos están otro tipo de inversores que se dedican a especular con este tipo de compañías aún sabiendo los bruscos movimientos que suelen dar, por si pueden conseguir ganancias con ellos. Un juego en el que se pueden quemar y por eso les hemos querido preguntar a los expertos cuál es el perfil de estos inversores.
Javier Niederleytner: Son personas que están de toda la vida en bolsa, no son nuevos actores. Buscan unas minitendencias que se producen en estos valores para obtener rentabilidades absolutamente desorbitadas. Son inversores que están muy, muy atentos a las pantallas, y lo que hacen es ponerse stop losses para salirse en caso de que la dirección no sea la adecuada.
DIA ya protagonizó fuertes caídas en el mercado continuo durante muchos meses, y otras como Deoleo ha más que duplicado su valor en este arranque del año, para luego probablemente hundirse y todo ello en medio de un proceso de reestructuración para evitar in extremis la quiebra de la compañía. Se ha disparado más de un 160% en estas tres sesiones y sumando una capitalización de 66,6 millones de euros. El riesgo de invertir en una acción de elevada volatilidad es obvio, y más cuando se encuentra en pleno proceso de rescate.
Eduardo Bolinches, director de Bolsacash: Yo me incluyo entre las personas que están comprando hoy, porque voy a por los warrants que podrán ser ejecutados si la empresa la venden – como mínimo por 575 millones de euros creo recordar – en los próximos cinco años. Si suena la flauta, puedo multiplicar mi dinero por cinco. Pero es eso, 300 euros. No invertiría más. Lo que he hecho hoy es jugar. Por lo tanto ¿quién se está metiendo? El que conscientemente hace esa operación o ludópatas.
Está claro que estos valores son fáciles de manipular y pueden ser muy rentables para aquellos que sean capaces de moverlos con muy poco dinero. Pero hay que tener en cuenta que no son aptos para invertir, solo son aptos para especular siempre que el inversor tenga suficiente experiencia como para saber dónde están sus límites de pérdidas y beneficios.
Javier Niederleytner: Los inversores están expuestos a que puedan producirse noticias negativas y las pérdidas son claramente muy elevadas. Pensemos en un detalle: cuando un valor baja de 2 a 1, baja el 50%. Pero es que subir de 1 a 2 significa que tiene que subir el 100%. El riesgo al que se exponen estos inversores es quedarse enganchados y nunca recuperar su inversión.
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