Por Aurelio García del Barrio, director del Global MBA con especialización en Finanzas.
Después de mucho debate, PSOE y Sumar han alcanzado un acuerdo para el apoyo de la coalición de Yolanda Díaz a Pedro Sánchez en la investidura. Reducción de la jornada laboral, ampliación de los permisos por nacimiento, derogar la denominada Ley mordaza o garantizar las subidas del salario mínimo interprofesional (SMI), son los ejes del acuerdo.
El principal escollo, que se situó en la reducción de la jornada laboral, se ha superado con el compromiso de impulsar la bajada de las 40 horas semanales sin reducción salarial hasta las 37,5 horas semanales. En materia de cuidados se propone la ampliación de los permisos retribuidos por nacimiento y la universalización de la educación de cero a tres años.
Sobre lo primero, los socialistas llevaban ya en su programa electoral elevar a 20 semanas el permiso parental, ahora fijado en 16 semanas. Su propuesta era que entre la semana 17 y la 20 este permiso sería con trabajo a tiempo parcial. En lo referente al impulso de la universalización de la educación de cero a tres años, el acuerdo se sella con la garantía de que el acceso a la educación pública para niños y niñas de dos años será para todos al final de la legislatura.
La subida del SMI es otra de las medidas del programa que más conflicto han generado. Sumar apostaba por vincularlo a la inflación y el PSOE se resistía, anteponiendo su prioridad de fijarlo por ley en el 60% del salario medio. Finalmente, el acuerdo incluye la subida del SMI para que no se pierda poder adquisitivo. La intención pasa por blindar la subida del SMI por mandato legal. Para ello se deberá precisar en el artículo 27 del Estatuto de los Trabajadores su equivalencia con el 60% del salario medio.
Pero, centrémonos en la reducción de jornada. A cualquier trabajador le gustaría trabajar menos ganando lo mismo, pero ¿es esto viable? Hasta la fecha, ya se han firmado 964 convenios que establecen jornadas semanales inferiores a las 37,5 horas que se extienden por 3.893 empresas y de los que se benefician 1,12 millones de trabajadores, según datos del propio Ministerio de Trabajo, con un calendario de implantación a medio plazo.
Es fundamental que esta reducción de la jornada laboral venga acompañada de políticas que ataquen de raíz otros problemas estructurales del mercado laboral español. Una de las claves de la productividad radica en la calidad del capital humano de una economía.
El crecimiento promedio de la productividad del trabajo de España entre 2014 y 2022 en términos reales fue del 0,3%, inferior al 0,9% del conjunto de la UE, por lo que existe una brecha importante entre el nivel de productividad español y el de la eurozona y las principales economías europeas. ¿Cómo es posible? ¿Es que, acaso, 40 horas no son suficientes para producir más? Lo cierto es que el gastado paradigma de que más horas de trabajo se traducen en más productividad ha sido desterrado por diversas investigaciones.
Países como Alemania, con una jornada laboral más corta, tienen mayores tasas de productividad. De hecho, la media de horas trabajadas por los empleados germanos en 2021 fue de 1.349. El promedio en los países de la OCDE fue de 1.716 horas. Los griegos trabajaron 1.872 horas anuales. En este sentido, al comparar España con otros países europeos, observamos que la jornada laboral promedio en la Unión Europea es de aproximadamente 37 horas semanales, lo que sugiere que una reducción en la jornada podría alinearnos con el resto del continente.
La realidad laboral española es compleja y marcada por factores como la temporalidad y el alto nivel de desempleo juvenil. Por eso, es fundamental que esta reducción de la jornada laboral venga acompañada de políticas que ataquen de raíz otros problemas estructurales del mercado laboral español. Una de las claves de la productividad radica en la calidad del capital humano de una economía.
Necesitamos empleados y empresarios más formados para complementar medidas estrictamente dirigidas a regular la jornada laboral.
Los trabajadores con un nivel educativo más alto y técnicamente más cualificados son más productivos. Existe un déficit significativo en el nivel de formación de los trabajadores y de los empresarios españoles con respecto al promedio de la eurozona. Es decir, que también necesitamos empleados y empresarios más formados para complementar medidas estrictamente dirigidas a regular la jornada laboral.
Otro aspecto clave para la productividad es el tamaño de las empresas. De hecho, la productividad de las grandes compañías en España duplica al de las pequeñas y medianas empresas del país. Pero el problema está en que el peso de las medianas o grandes empresas en la economía del país es menor que en el de nuestras economías vecinas, en definitiva, nuestro tejido empresarial está soportado por pymes. La solución a este problema pasa por potenciar el crecimiento de las pymes.
Otro aspecto importante a considerar es que, con nuestro alto nivel de endeudamiento, para hacer que la deuda sea sostenible es necesario mantener un crecimiento sólido de las horas trabajadas, principalmente por la incorporación de mano de obra al mercado laboral y aumentos de productividad.
La propuesta planteada de reducción de jornada, manteniendo el salario, si no va acompañada de un aumento de la productividad, no va a tener un resultado positivo para las empresas ni la economía española.
Tribuna publicada en El Economista.
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