Por Paul Moran, profesor del Master in International Finance.
El presidente Donald Trump sigue afirmando a los votantes que la economía estadounidense es grandiosa. Grita que la tasa de desempleo actual está en mínimos históricos. Se jacta de que el mercado de valores de EE.UU. está cerca de máximos históricos. Argumenta que su economía de bajos impuestos y desregulación está funcionando. Pero las cifras de crecimiento económico y el mercado de valores no son una buena medida del rendimiento económico. Trump puede ser un buen presidente para los mas ricos, pero no ha sido bueno para todos los demás. Además, Trump no tiene políticas para mejorar nuestros dos mayores desafíos; la creciente desigualdad ni el calentamiento global.
Trump prometió ofrecer una tasa de crecimiento económico mejor que el récord del 4% del presidente Bill Clinton durante cuatro años seguidos; y afirmó que el promedio del segundo mandato del presidente Obama del 2.4% fue un desastre económico. La Fed recortó las tasas de interés tres veces durante 2019, pero la economía de Trump solo creció un 2,2%. Este es un rendimiento económico notablemente pobre considerando el estímulo proporcionado por el déficit público de un billón de dólares y las tasas de interés ultrabajas. En consecuencia, de sus políticas fiscalmente irresponsables, la relación deuda/PIB de EE.UU. aumentó hasta el 108% en 2019. En comparación, España redujo su deuda del 100,7% en 2014 al 95,5% en 2019.
Es bueno recordar lecciones históricas que los economistas de Harvard Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff concluyeron en su libro («Esta vez es diferente»): que el crecimiento económico tiende a desacelerarse cuando la deuda pública está por encima del 90%. Aunque los economistas como Paul Krugman discutan la cifra del 90%, no discuten el hecho de que los recortes de impuestos para los ricos no pagan el crecimiento a largo plazo y que la deuda y el déficit de los Estados Unidos son demasiado altos.
La Reserva Federal predice que, en los próximos años, la economía crecerá más lentamente y la inflación se mantendrá baja. Los salarios de la clase media no han aumentado debido a las nuevas tecnologías y la globalización. El empleo moderno es precario. Esta tendencia de crecimiento del 2% no tiene en cuenta ningún «shock» económico en la economía de los Estados Unidos como el coronavirus, la guerra comercial, los conflictos en Oriente Medio, el aumento del precio del petróleo, un presidente socialista de los Estados Unidos o una caída del mercado de valores desde sus alturas inquietantes.
Una historia clásica de un auge económico seguido de una caída predecible. Esta vez no será diferente. Los próximos cuatro años serán un paseo en montaña rusa para la economía global.
Los peores temores para 2020 son una caída de los mercados financieros de EE.UU. Robert Shiller, economista ganador del premio Nobel, mide la «exuberancia irracional» en el mercado de valores y está en el nivel más alto desde la crisis financiera. Ray Dalio, el fundador de Bridgewater Associates, señala que el ciclo comercial actual de 11 años en Estados Unidos es el más largo desde la década de 1850. Él dice que estamos en las últimas etapas del ciclo y que la probabilidad de una recesión económica va en aumento.
Si cree que los mercados financieros pueden seguir desafiando los precedentes históricos en 2020, también debe creer que Trump ha cambiado la naturaleza del ciclo económico. Los inversores pueden apostar por Trump, pero es muy audaz. De cualquier manera, los inversores deben reconocer los riesgos. En Davos, Dalio advirtió a los inversores de que la Reserva Federal carece de poder de fuego y él recomienda a sus clientes que compren activos seguros como los bonos y el oro.
Dudo en predecir un escenario económico y político tan difícil, pero tanto Trump como Sanders son proteccionistas y peligrosos para la economía mundial. Trump utilizará políticas fiscal y comercialmente irresponsables para estimular la economía de EE.UU. durante 2020 para convencer a sus votantes apasionados de que Estados Unidos es nuevamente grandioso. Por lo tanto, Trump, el nacionalista demagogo, será reelegido.
El dirigente también debilitará los principios de la democracia liberal y la cooperación mundial. La economía de EE.UU. tendrá una “Trump Recesion” durante su segundo mandato. Una historia clásica de un auge económico seguido de una caída predecible. Esta vez no será diferente. Los próximos cuatro años serán un paseo en montaña rusa para la economía global.
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